Piazzolla y Gardel en Nueva York. Un traductor de lujo, los ravioles de Nonina, el regalo de Nonino y la oferta que pudo truncar la vida de AstorPor Marcelo Gobello
Mucho se puede especular o teorizar sobre el significado o las derivaciones del mágico y especial encuentro entre estos dos grandes íconos de la música: quiso el destino, la fortuna o algún dios arrabalero y aporteñado, que Astor Piazzolla mamara de la fuente más pura e incuestionable posible lo que era la esencia misma del tango. Consciente o inconscientemente absorbió de la propia boca y aliento de Carlos Gardel la verdad revelada e inapelable del evangelio tanguero. ¡Y pensar que décadas después algunos tuvieron el descaro y la ignorante insolencia de cuestionarle “credenciales” al nuevo apóstol de la música ciudadana!